Para adentrarnos en este tema, vamos a empezar por lo más básico.
¿Qué es la histamina?
La histamina es una sustancia química que se encuentra en todas las células del cuerpo. Es un componente natural de muchos alimentos y una parte importante del sistema inmune y nervioso. También juega un papel importante en la inflamación. Para ser mas específicos, regula la actividad neuronal, es un mediador inmunológico que se libera por ejemplo en una respuesta alérgica/inmunológica y es un regulador del estomago encargado de estimular la secreción de ácido estomacal y regular su vacío.
¿Qué es la intolerancia a histamina?
Como ya hemos dicho, la histamina actúa en varios procesos del cuerpo, como la respuesta inmunitaria y la función digestiva. Sin embargo, cuando el cuerpo no puede descomponerla de forma eficiente, los niveles de histamina aumentan, causando lo que se conoce como intolerancia a histamina.
Es importante diferenciarla de una alergia alimentaria a la histamina, ya que en la intolerancia, los síntomas no provienen de una respuesta inmune, sino de la incapacidad del cuerpo para procesar la histamina adecuadamente.
Principales síntomas de la intolerancia a histamina
Uno de los puntos más confusos de esta condición es que los síntomas pueden ser muy variados y afectan diferentes sistemas del cuerpo. Puede ocasionar problemas digestivos hasta manifestaciones en la piel. De hecho, entre los síntomas más comunes de la intolerancia a histamina se encuentran:
- Problemas cutáneos como enrojecimiento, urticaria y picazón.
- Dolores de cabeza, migrañas o mareos, sofocos.
- Dificultades respiratorias, similares a las de una reacción alérgica.
- Síntomas digestivos, como diarrea, hinchazón, dolor abdominal y náuseas.
- Ritmo cardíaco acelerado o palpitaciones como arritmia, presión arterial baja.
En especial, los síntomas relacionados con la piel, como la intolerancia a la histamina en la piel, son recurrentes. Por eso, identificar correctamente estos signos es crucial para buscar ayuda médica.
Causas de la intolerancia a la histamina
La principal causa de esta intolerancia es la falta de una enzima llamada diamino oxidasa (DAO), que es responsable de descomponer la histamina en el cuerpo. Cuando hay un déficit de DAO, la histamina se acumula en el organismo, provocando la aparición de síntomas.
Algunas personas pueden tener niveles bajos de DAO de forma natural, mientras que otras desarrollan esta deficiencia por motivos hormonales, genéticos o debido a una dieta rica en alimentos que contienen o liberan histamina. Esto me ha hecho reflexionar sobre cómo algunos alimentos que mis amigos consumen habitualmente pueden estar desencadenando sus síntomas.
Alergia a la histamina
Es lógico confundir este tipo de intolerancia a una reacción alergia ya que los síntomas son muy parecidos, pero la reacción en si no es la misma.
De hecho, la intolerancia a histamina funciona algo distinto al resto de intolerancias como la intolerancia a la lactosa. En este caso puedes realizar una comida rica en histamina y no tener síntomas adversos al rato. Esto es debido a que los síntomas se presentan cuando se alcanza un cierto límite lo que provoca cierta dificultad en encontrar esta intolerancia.
Por ejemplo, es posible que hayas tomado alimentos ricos en histamina en el desayuno y en la tarde haber tomado una comida baja en histamina. Aunque la comida de la tarde era baja en histamina, esto puede hacer el sobrepasar el nivel de tolerancia, por lo que los síntomas se presentan después de esa comida. Esto provoca pensar que los síntomas se fueron provocados por la comida, pero en realidad los alimentos de la mañana fueron los más problemáticos.
Diagnóstico de la intolerancia a la histamina
El diagnóstico de la intolerancia a la histamina no es fácil, ya que los síntomas se pueden confundir con otras afecciones, como alergias o problemas digestivos y se puede pasar por varias pruebas antes de llegar al diagnóstico correcto. Las pruebas incluyen análisis de sangre para medir los niveles de histamina o de la enzima DAO, además de una evaluación detallada de los síntomas y la dieta de la persona.
Un enfoque común es realizar una dieta de eliminación, en la que se retiran temporalmente los alimentos ricos en histamina para ver si los síntomas mejoran. Esto puede ser clave para detectar si realmente la histamina está detrás de los problemas de salud.
Es importante tener en cuenta que, mientras se considera la intolerancia a la histamina una de las opciones, se debe evaluar otros trastornos relacionados como las alergias, los trastornos de mastocitos, la enfermedad inflamatoria intestinal, celiaquía, el sobrecrecimiento. bacterias intestinales, la colitis, etc.
Alimentos ricos en histamina y dieta recomendada
Uno de los mayores desafíos para quienes padecen esta intolerancia es la dieta. La histamina está presente en muchos alimentos comunes, y algunos de ellos no solo la contienen, sino que también liberan más histamina en el cuerpo. Entre los alimentos prohibidos para la intolerancia a la histamina, se incluyen:
- Quesos añejos
- Embutidos y carnes procesadas
- Vinos, especialmente los tintos
- Pescados en conserva o mal conservados
- Vegetales fermentados, como el chucrut
- Algunas frutas como el aguacate, las fresas y el tomate
Por otro lado, hay alimentos que son más seguros para quienes tienen esta intolerancia, como el pollo fresco, las verduras como la zanahoria o el pepino, y algunos cereales y legumbres. Planificar una dieta con alimentos bajos en histamina puede ser complicado, pero también es una de las mejores formas de manejar esta condición.
Cómo tratar la intolerancia a histamina
El tratamiento principal para la intolerancia a la histamina es ajustar la dieta, eliminando o reduciendo el consumo de alimentos ricos en histamina. Sin embargo, existen otros enfoques adicionales. Entre las opciones más comunes se incluyen:
- Suplementos de DAO: Estos ayudan a las personas que tienen deficiencia de la enzima a procesar mejor la histamina de los alimentos.
- Antihistamínicos: En algunos casos, se pueden usar antihistamínicos para bloquear los efectos de la histamina en el cuerpo.
- Probióticos y control del intestino: Algunos estudios sugieren que el equilibrio de la microbiota intestinal también puede jugar un papel en la reducción de los síntomas.
- Descanso: Es importante el reposo correcto como el dormir 7-8 horas.
- Ejercicio: El realizar ciertos ejercicios aun que sean simples como el salir a caminar y dar un paseo puede aportar una gran suma al final.
Es fundamental trabajar con un médico o nutricionista para encontrar la estrategia que mejor funcione, ya que cada caso es diferente.